martes, 17 de mayo de 2011
Acto de La Cámpora La Pampa en Pico. La mística dijo “¡Presente!”
La tarde comenzó nublada y fría, pero entre mates y risas, las gargantas comenzaron a calentarse con los cánticos del cancionero nacional y popular. Así, llegamos a nuestra primer escala, Eduardo Castex, allá nos esperaban más compañeros deseosos de compartir lo que para muchos de nosotros fue el primer acto político como militantes de esta maravillosa agrupación.
Seguimos viaje hacia el destino final, ansiosos y expectantes por lo que vendría, conscientes de que las elecciones nacionales de octubre marcarán un punto de inflexión en nuestra historia como país y que la decisión que adoptemos como pueblo nos marcará definitivamente.
Bajamos del micro que nos transportó, presurosos por armar nuestras banderas y, entre bombos y redoblantes, avanzamos hacia la puerta de entrada del club. El clima era de alegría y fiesta por doquier. Carteles, pasacalles y más banderas con nuestra insignia nos decían que allí jugábamos de locales.
Junto a otros compañeros de militancia, cantamos y bailamos esperando que llegara el gran momento, el de oír a los oradores, que más que meros disertantes, son nuestros referentes, ejemplo y guía a seguir en la lucha por la profundización de este modelo que le devolvió al pueblo argentino la memoria y la dignidad perdidas en los callejones de la historia.
La proyección del corto homenaje por los seis meses del fallecimiento de Néstor, nuestro líder que hoy está más vivo que nunca en cada uno de los miles de jóvenes que jamás lo olvidaremos, hizo que algún lagrimón rodara por nuestras, ya a esa altura, enrojecidas y cálidas mejillas.
Luego, las palabras de Luciano, Diana Conti y el Cuervo nos interpelaron a continuar militando, trabajando y formándonos, ya que ése es el único camino viable o, al menos el que mayores satisfacciones nos proporcionará, para garantizar y consolidar la continuidad de las transformaciones estructurales que se vienen llevando a cabo desde el 2003. La consigna fue clara: Nunca menos y ni un paso atrás, que no constituye un mero slogan de propaganda política, sino que representa el piso mínimo alcanzado por este proyecto que nos incluye a todos y todas y que no puede, bajo
ninguna circunstancia, descender.
Nos fuimos convencidos que es tiempo de quemar las naves, de que la política es la herramienta más apropiada para impulsar las transformaciones sociales, de cumplir con las promesas, con los sueños, de comprometernos más y más con el pasado, con el presente y con el futuro, de ser lo que tenemos que ser y si no, seremos nada.
Finalmente pero no por ello menos significativo, partimos imbuidos de la mística que genera el reconocerse en la mirada de cada compañero, en el compartir la letra de una canción o, simplemente, de honrar cada día al hombre que nos devolvió la esperanza y las ganas de participar en política a la juventud argentina.
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