
La tarde estuvo llena de alegría y de color, las sonrisas de los chicos (y de los grandes) coronaron una jornada agotadora, pero feliz. Siempre es agradale trabajar para la felicidad pueblo, ya lo decía el gran Don Arturo Jauretche: "El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza."
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