Orgullosos de sentirnos representados, les paso la versión taquigráfica de la intervención de Luchy en el Congreso de la Nación durante la sesión de YPF
Sr. Presidente (Dominguez).-
Gracias, señora diputada.
Dispondrán de diez minutos los señores
diputados María Luz Alonso, Anabel Fernández Sagasti y Walter Marcelo
Santillán, en ese orden.
Tiene la palabra la señora diputada
por La Pampa.
Sra. Alonso (M.L.).-
Señor presidente: hoy me permitiré hablar como diputada de una provincia con
producción hidrocarburífera e integrante de la OFEPHI, como es La Pampa, y como una orgullosa
diputada de la Nación
Argentina que tiene absoluta convicción de que este proyecto
de ley representa una política de Estado fundamental para profundizar la
reconstrucción del Estado nacional y el crecimiento económico y social que
empezó en el año 2003.
Mis compañeros ya han enumerado de
forma muy correcta todos los logros económicos, culturales y sociales que hemos
alcanzado desde 2003 a
la fecha, pero permítanme mencionar dos cuestiones.
Allá, por 2006, Néstor Kirchner
redactó el decreto 303, el que rescindía el contrato de concesión de Aguas
Argentinas Sociedad Anónima, dejando bien en claro la matriz del problema: la
concesionaria había priorizado su interés económico, proveyendo servicios en
áreas rentables de la concesión y dejando a los sectores de la población más
humildes desprovistos de agua potable, desconociendo el carácter de servicio
público que posee el servicio que prestaba.
Esta misma situación se ponía de
manifiesto en Aerolíneas Argentinas.
Cuando la actual gestión de Aerolíneas asumió debió, así como Néstor
allá por el año 2003, hacerse cargo de una pesada herencia y dedicarse a
reconstruir una empresa estratégica que se encontraba absolutamente vaciada,
con sus activos sobrevaluados y sus pasivos subvaluados.
Nuestra aerolínea de bandera, ícono
nacional, había no sólo resignado su posición internacional, sino que también
había limitado sus trayectos internos a los de mayor demanda, dejando sin
servicio a muchos ciudadanos. Hoy
Aerolíneas en muy poco tiempo ha trasformado su imagen con una gestión
eficiente, renegociando todas las deudas heredadas, siendo ejemplo en el
servicio, incorporando aviones nuevos a su flota y aumentando los destinos a
los que conecta.
Tuvimos que llegar a la intervención
estatal porque los intereses económicos de las empresas privadas fueron, tanto
en Aguas Argentinas como en Aerolíneas Argentinas y Repsol‑YPF, en contra del
interés nacional y atacaron pilares fundamentales del crecimiento argentino con
inclusión social, en sectores estratégicos de nuestra economía.
Yo he escuchado acá que dicen que
falta mucho por hacer, y coinciden con la presidenta de la Nación, quien también
señaló que faltan cosas por hacer, y una
de ellas puede ser posible gracias a este proyecto que estamos por convertir en
ley.
Es importante, entonces, entender la
importancia de este proyecto para el crecimiento nacional. Mi provincia forma parte de la OFEPHI y es una de las pocas
provincias en la que se pudo ver en los últimos años un aumento, tanto en la
producción como en las reservas de petróleo y gas. Pero en la participación de la producción
nacional de petróleo nuestra provincia representa alrededor del 4 por ciento y,
casualmente, Repsol no tiene prácticamente participación.
La declaración de interés público
nacional de toda la cadena de producción y distribución de hidrocarburos y la
recuperación del control estratégico de YPF es fundamental para sostener el
sector energético de la
Argentina y ponerlo en sintonía con el modelo de crecimiento
acelerado que tenemos desde hace nueve años.
Porque a los hidrocarburos podríamos tomarlos como una commodity de exportación y hacer alarde
de autoabastecimiento y de superávit comercial en el sector, pero sería bajo un
modelo de país sin consumo, sin producción, sin crecimiento y sin inclusión, al
que nosotros no queremos volver; no sé si todos piensan igual, pero nosotros no
queremos volver.
Es por todo esto que acompañaré con
absoluta convicción y con muchísima fe este proyecto de ley. Porque estoy orgullosa de la presidenta que
tenemos, a la que no le tiembla el pulso al momento de tomar decisiones que son
trascendentales para nuestro país, que no se arrodilla ante las presiones de
las corporaciones y, muy por el contrario, lucha contra ellas.
Es una presidenta que tiene su propia
agenda, formada de acuerdo a las necesidades del pueblo argentino y no una
agenda armada por los medios concentrados de comunicación. Por ello voy a acompañar el proyecto, porque
soy coherente con mis convicciones y mis ideales, pero por
sobre todas
las cosas voy a acompañar el proyecto, porque no tengo dudas de que de la mano
de Cristina nos espera un destino mejor. Debemos estar más unidos y organizados
que nunca para alcanzarlo. Así habremos cumplido con Perón, Evita, Néstor y,
por encima de todo, con nuestro pueblo. (Aplausos.)
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